INÉS, HIJA DE LA VIDENTE DE UNBE, RELATA LO SIGUIENTE:

Los hechos ocurridos tuvieron como protagonista a mi familia, y en especial a mi ama, Felisa Sistiaga, una mujer sencilla, de carácter serio, que fue la única que vio a la Señora y que le dijo que en Unbe sería la única vidente.

El lugar donde la Virgen se le apareció a mi ama se encuentra a 15 kilómetros de Bilbao. Allí se encuentra el pozo con el agua bendecida por la Virgen donde los enfermos y los sanos han de lavarse la cara y los pies, como la Señora le dijo a la vidente. A unos metros está un sendero por el que la Virgen caminó descalza y que desemboca delante de la casa. Un sitio tranquilo en un bello entorno natural, alejado del ruido, y convertido en lugar de oración y peregrinaje al que acuden miles de personas a venerar la imagen de la Virgen Pura Dolorosa entronizada en la casa donde se le apareció por primera vez a Felisa.

Mi ama, la vidente, nació en Plencia, en 1908, en el seno de una familia numerosa, fue la cuarta de diez hijos, de unos padres que eran labradores. Ella no quiso ir nunca a la escuela y por lo tanto su labor fue ayudar en las tareas de la casa y del campo a mis abuelos.

Felisa se casó con mi padre, Bonifacio Arrieta, que trabajaba como guarda forestal. Los dos se trasladaron a vivir al caserío de la finca donde nacimos sus cuatro hijos. Tras el matrimonio parecía iniciarse una vida tranquila y sencilla para todos nosotros. Mientras mi padre realizaba las labores de vigilancia, mi ama se ocupaba de las labores del hogar y la huerta. Los hijos ayudábamos a nuestros padres cuidando el ganado y acudíamos al colegio en el vecino pueblo de Butrón. Nunca fuimos demasiado religiosos, aunque todos los días rezábamos juntos el rosario, al tiempo que hacíamos otras tareas domésticas, e íbamos a misa los domingos. En ese ambiente apacible y con el tiempo dedicado a las tareas del hogar y de la finca transcurrió nuestra vida familiar. Todo cambió el 25 de marzo de 1941. Esa noche mi ama estaba sola en casa, sentada en la cocina, esperando a que mi padre volviera de trabajar. De pronto, vio a través de la ventana un gran resplandor que descendía y un bulto oscuro envuelto en una nube clara. Al poco oyó unos golpes en la puerta y acudió a abrir pensando que sería su marido, pero no había nadie. Regresó a la cocina y se sentó. De nuevo tocaron a la puerta. Mi ama fue a abrir pero tampoco vio a nadie y decidió dejarla abierta. Volvió a sentarse en la cocina y al instante vio en un rincón de la casa a la Virgen arrodillada en una silla y acompañada a ambos lados de candelabros con sus velas. Al verla empezó a llorar y le dijo en euskera que la llevara con ella. La Señora no le hablo y se marchó. Ante el hecho de la aparición de la Virgen a mi ama, la familia decidió mantener en secreto lo sucedido y continuar con nuestra vida normal, aunque estuvo presente en todo momento en nuestras mentes y a menudo nos preguntábamos cómo nos había podido suceder un acontecimiento de esa importancia.

1ª aparición de la Virgen: 25-03-1941.

28 años después:

  • 28-03-1969
  • 23-05-1969
  • 20-07-1969

Los primeros curados en el agua del pozo (más de 1200 actuales) fueron: Bonifacio y Feli, esposo e hija de la vidente Felisa.

  • 24-12-1970
  • 23-05-1971
  • 04-06-1972

Última aparición: 08-12-1988.

Felisa falleció el 10-02-1990

Nota: Las cuentas anuales de la ASOCIACIÓN DE COLABORADORES CON LA FAMILIA DE LA VIDENTE DE UNBE, FELISA SISTIAGA serán sometidas en cada ejercicio a una Auditoria externa a los efectos informativos pertinentes.

La Asociación tiene abierta una cuenta en el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria con el número: O182.1300.11.020 022082 4.

La Asociación en todo momento les tendrá al corriente de todo lo relacionado con la causa de Unbe por Internet, donde encontrarán la página web: www.virgendeunbe.org, VOZ DE LA FAMILIA DE LA VIDENTE DE UNBE, FELISA SISTIGA.

 

VOLVER AL MENU PRINCIPAL